Bonsai

El término bonsái procede de los vocablos japoneses bon (bandeja) y sai (planta) y cuyo significado literal sería: «planta en una bandeja». Pero éste significado abarca, únicamente, el aspecto literal y visible del bonsái, aunque no engloba su esencia que es conseguir una planta de tamaño mucho menor que el que presenta al natural, pero manteniendo el mismo aspecto y las proporciones. Es como si hiciéramos una reducción a escala, sin necesidad de artilugios ni máquinas reductoras. Sencillamente, se consigue llegando a un «entendimiento» entre la planta, el medio y el cultivador.

Los bonsais no son plantas interiores. La mayor parte de ellos son plantas de exterior y deben permanecer en el exterior todo el año. Eso es porque la mayoría de los bonsais son plantas de climas templados que requieren un periodo de latencia. Incluso los perennes la necesita. Existen también «bonsais de interior», pero esto está limitado a plantas de especies tropicales o subtropicales, e incluso estás plantas están más felices en el exterior en verano. Si las raíces de los bonsais de exterior están expuestas, hay que ser muy cuidadoso en el invierno, para que el frío no las hiele y mate el árbol.

Un bonsai pequeño no puede llegar a ser un bonsai grande. Han crecido bajo condiciones de entrenamiento hasta que alcanzan el tamaño y grosor de tronco deseado  y solo entonces son transplantados a la maceta de bonsai, dado que el objetivo de la maceta es ralentizar el crecimiento para reducir el tamaño de las hojas y de las ramas. La mayoría de los mallsais baratos (y algunos de los no tan baratos) tienen poco o nade de este entrenamiento. Eso es por lo que no pueden considerarse bonsais. Los arbolitos tienen que ser cuidadosamente entrenados para alcanzar las formas preciosas que la mayoría de la gente asocia con un bonsai.

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